La Viagra, conocida por su nombre químico, sildenafilo, es un principio activo originalmente sintetizado y estudiado para el tratamiento de problemas cardiovasculares. Se desarrolló por primera vez para ayudar a dilatar los vasos sanguíneos del corazón, mejorando así el flujo sanguíneo y ayudando en el tratamiento de afecciones como la hipertensión y la angina de pecho.
El gigante farmacéutico Pfizer fue el responsable del desarrollo inicial del sildenafilo. El compuesto se destinó inicialmente a la hipertensión y los dolores torácicos relacionados, conocidos como angina de pecho, que son formas de enfermedad cardiovascular. El objetivo inicial de la Viagra era relajar y dilatar los vasos sanguíneos que rodean el corazón para mejorar el flujo sanguíneo y, en última instancia, beneficiar a los enfermos cardiovasculares.
Las primeras aplicaciones del sildenafilo estaban firmemente arraigadas en la salud cardiovascular. En las primeras fases de su desarrollo, el fármaco se utilizó para tratar la hipertensión y la angina de pecho, ayudando así a los pacientes a mantener una función cardiaca más saludable al mejorar el flujo sanguíneo mediante la dilatación de los vasos del corazón.
La historia dio un giro inesperado en 1993, cuando el fármaco empezó a probarse para el tratamiento de la disfunción eréctil. En los ensayos clínicos participaron unos 3.000 pacientes de edades comprendidas entre los 19 y los 87 años. Durante estos ensayos, los investigadores observaron que el fármaco tenía un efecto más pronunciado en la inducción de erecciones que en el tratamiento de la angina de pecho. Esta invención accidental abrió una nueva área terapéutica para el sildenafilo.
Reconociendo el potencial del efecto inesperado del sildenafilo, Pfizer reorientó su enfoque hacia el tratamiento de la disfunción eréctil. Esta afección representaba una necesidad médica no cubierta y una importante oportunidad de beneficio económico. La empresa farmacéutica emprendió así un nuevo camino, explorando cómo su compuesto podría revolucionar el tratamiento de esta afección prevalente.
En marzo de 1998, la FDA aprobó el uso de Viagra para el tratamiento de la disfunción eréctil. Esto marcó un punto de inflexión, ya que se convirtió en el primer tratamiento oral aprobado para esta afección en Estados Unidos. El fármaco se patentó en 1996 y se puso a la venta en Estados Unidos a finales de 1998.
El sildenafilo actúa bloqueando una enzima que se encuentra en el tejido del pene, conocida como PDE-5. Inicialmente se pretendía que dilatara los vasos sanguíneos del corazón. En un principio, se pretendía que dilatara los vasos sanguíneos del corazón y mejorara el flujo sanguíneo al corazón. Sin embargo, se descubrió que el fármaco tenía un efecto más pronunciado en el tejido del pene, provocando erecciones inducidas.
El principio básico de la eficacia del Viagra en el tratamiento de la disfunción eréctil es su capacidad para aumentar el flujo sanguíneo al pene. El fármaco, originalmente destinado a tratar problemas cardiovasculares, resultó tener un impacto más potente en el flujo sanguíneo del tejido del pene.
La diana molecular del sildenafilo desempeña un papel importante en la inducción de la erección. Al bloquear la enzima PDE-5, el sildenafilo aumenta el flujo sanguíneo al pene, lo que provoca una erección. Este mecanismo no era inicialmente el objetivo de la investigación de Pfizer, pero se descubrió durante los ensayos clínicos.
A pesar de su propósito original y su uso médico primario, Viagra también se ha adoptado para uso recreativo. Sin embargo, es esencial tener en cuenta que, aunque la Viagra puede ayudar con la disfunción eréctil, no aumenta el deseo sexual. Simplemente mejora el flujo sanguíneo para la erección.
Una idea errónea muy extendida sobre la Viagra es que aumenta el deseo sexual. Esto no es cierto.
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